Gao Zhisheng ha sido secuestrado, torturado y detenido de en repetidas ocasiones por el rgimen del Partido Comunista Chino (PCCh) desde 2006.
En 2019, su esposa Geng He dijo al Servicio Internacional para los Derechos Humanos que el estar desaparecido se ha convertido en "la norma en su vida".
En esa misma entrevista, agregó: "Mis hijos y yo nunca hemos experimentado la felicidad común de las familias unidas ... Solo tenemos un deseo, y es que Gao Zhisheng esté vivo y que pueda regresar a casa con vida".
Geng, ha estado en el exilio junto con ella y los hijos de Gao desde 2009, acaba de conmemorar otro triste aniversario: el quinto aniversario de la desaparición más reciente de su esposo.
En un tuit, escribió: "Hace catorce años me vi obligada a huir del país comunista de China y vine a los Estados Unidos con nuestros hijos. Desde que me separé de mi esposo, Gao Zhisheng, no esperaba que desapareciera (durante tanto tiempo y siguiera desaparecido) hasta ahora. Tengo sentimientos encontrados cuando veo a la gente mirando fotos de su familia en sus teléfonos.
Proyectar su foto en la pared del Consulado chino en Los Ángeles es gritar en voz alta, protestar; también es para mostrar cuánto lo extrañamos. ¡Malvado PCCh, libera a mi esposo! ¡Libera al padre de mis hijos!"
Gao desapareció en agosto de 2017 después de más de una década de acoso a manos del PCCh. Es ampliamente aceptado que fue atacado por su trabajo como abogado, que con frecuencia implicaba asumir casos de derechos humanos y defender a las minorías religiosas. Se desconoce su paradero, pero se cree que se encuentra en algún tipo de detención.
En un servicio de oración de Taize el 10 de agosto de 2022, Geng compartió cómo su familia y parientes también han sido blanco del régimen del PCCh y sufrieron, especialmente la trágica muerte de su cuñado en mayo de 2016 debido a que se le impidió buscar tratamiento médico y el suicidio de la hermana de Gao en mayo de 2020 después de años de acoso a manos de la policía local.
Un problema sistemático
Por supuesto, la familia de Gao no está sola en su angustiosa búsqueda de respuestas sobre el paradero de sus familiares y en ser castigada por sus esfuerzos. Como Geng He menciono en el mismo discurso, "Aun no puedo ver el fin del sufrimiento de nuestra familia. En China, hay muchas otras familias perseguidas como la nuestra".
La desaparición forzada, un crimen de lesa humanidad, ha sido perpetrada sistemáticamente por el régimen del Partido Comunista Chino contra grupos étnicos minoritarios, especialmente en el Tíbet y la Región Autónoma Uigur de Xinjiang (XUAR, también conocida por muchos uigures como Turquestán Oriental), peticionarios,[1] disidentes políticos, defensores de los derechos humanos, periodistas, abogados y trabajadores de ONG.
Incluso algunos lideres del CCP, celebridades y empresarios del PCCh han sido víctimas de desaparición forzada, como se ve en casos de alto perfil como el del ex presidente de la Interpol y alto funcionario del PCCh, Meng Hongwei, y la estrella internacional del tenis Peng Shuai. Desde 2012, el PCCh también ha atacado regularmente a los miembros de su propio partido con desapariciones y detenciones forzadas, a menudo durante semanas o meses a la vez, en nombre de erradicar la corrupción.
En 2017, Lee Ming-che, un trabajador de una ONG de Taiwán, pasó dos meses en Vigilancia Residencial en una locación, (RSDL) antes de ser trasladado a un centro de detención en la provincia central China de Hunan. Más tarde fue sentenciado a cinco años por cargos de subversión y liberado en abril de 2022.
"Esos dos meses fueron los peores, no sabes si tu familia está bien; no sabes lo que te va a pasar", recordó Lee en una entrevista con Safeguard Defenders. "Fue realmente aterrador y muy difícil de manejar. No hay absolutamente nada que puedas hacer".
El abogado de derechos humanos Chang Weiping ha sido víctima de detención en RSDL dos veces, y también ha sufrido horrendas torturas. Como resultado, sufrió graves problemas de salud. En julio de 2022, fue juzgado por un cargo de subversión en la provincia de Shaanxi a puerta cerrada y a su esposa se le impidió viajar al tribunal.
En 2018, la doctora uigur jubilada Gulshan Abbas desapareció de su residencia en Urumqi en XUAR. Su familia tuvo que soportar dos años de completo silencio antes de enterarse de que había comenzado a cumplir una condena de 20 años de prisión por cargos de terrorismo.
Su hija Ziba Murat dijo que la severa sentencia de prisión era "una acción de represalia directa" de las autoridades chinas por "la defensa de los miembros de su familia en los Estados Unidos en nombre de los derechos humanos de todas las personas".
La punta del iceberg
Estos casos son solo la punta del iceberg. Un informe de Safeguard Defenders estima que entre 40.000 y 50.000 personas fueron detenidas en RSDL o en detención liuzhi (es decir, detenidas en secreto por la fuerza policial privada del PCCh) en 2021, al tiempo que identificó al menos otras cuatro formas en que las personas pueden ser desaparecidas por la fuerza en China hoy en día.
También se sabe poco sobre cómo las personas se ven afectadas física y mentalmente por estas operaciones ilegales del gobierno. Los disidentes, los defensores de los derechos humanos, los líderes de las iglesias locales y los practicantes de Falun Gong son rutinariamente detenidos y desaparecidos por funcionarios del gobierno local antes de períodos políticamente sensibles, y con los Juegos Olímpicos de Beijing, la propagación continua de la variante Omicron, las cuarentenas y el próximo Congreso Nacional del PCCh, 2022 es un año particularmente sensible.
Sabemos sobre los casos de Gao Zhisheng, Lee Ming-che, Chang Weiping y Gulshan Abbas, porque sus familiares viven fuera de China y tienen la libertad de hablar por ellos o son lo suficientemente valientes como para correr el riesgo de hablar en su propio país.
Hay muchos otros de los que tal vez nunca escuchemos hablar. En este día, el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, les recordamos: los conocidos por CSW y los conocidos solo por sus familias y seres queridos. Exigimos que China ponga fin a la práctica de la desaparición forzada, liberando a todas las personas que están detenidas en cualquier forma de detención debido a su religión, creencias o el ejercicio pacífico de sus derechos humanos fundamentales.